martes, 15 de julio de 2008

El reencuentro con nosotros mismos

*

El reencuentro con nosotros mismos

Mediante sencillos ejercicios descubriremos que somos seres poderosos, que tenemos una fuerza grandísima dentro de nuestro corazón, la cual nos ayudará a llegar hasta las metas que tengamos

Si alguien nos pregunta nuestros colores favoritos, la comida ideal o la música preferida podemos contestar fluidamente, pero si lo que deseamos saber es la respuesta a "¿Quién soy yo en realidad?" es posible que no la encontremos con esa misma facilidad.

En primer lugar podemos responder con nuestros datos generales, como el nombre, la nacionalidad o la profesión, sin embargo ésa sólo es un limitada parte de la infinidad que somos y que no nos hemos puesto a investigar a profundidad.

Por ello es tan importante iniciar un diálogo sincero con nosotros mismos, es preciso que cada día nos demos un momento para analizar quiénes somos en realidad, siempre buscando respuestas honestas, porque es lo que nos falta.

Los primeros pasos

Es verdad que el cuestionamiento a sí mismo es algo habitual para algunos, pero también es cierto que cuando se hacen ciertas preguntas primero llega el miedo de contestar honestamente.

La mejor forma de hacerlo es primero preguntándonos sobre cualquier cosa y contestar, la primera respuesta no va a ser la real, no es completamente honesta.

Entonces debemos de volver a preguntarnos, aunque esa respuesta no será tampoco la verdadera, pero ya estará cerca.

Es la hora de cuestionarnos de nuevo y entonces veremos cómo esa tercera respuesta ya es diferente y que podemos confiar más en ella que en las pasadas.

Con esto nos daremos cuenta de cuántas capas tenemos y de que no siempre es nuestro corazón el que nos contesta.

Podemos llegar hasta las diez respuestas diferentes sin saber cuál es la real, si es así, entonces tenemos que seguir preguntándonos hasta que nos sintamos satisfechos con la respuesta.

Éste es un ejercicio que nos ayuda a activar nuestro ser interno, por lo que es necesario practicarlo lo más posible. Por ejemplo, podemos empezar a habituarnos a realizar antes de dormir.

En ese momentos podemos preguntarnos desde cuestiones tan profundas como "¿Quién creo que soy?, ¿qué siento que la vida tiene destinada para mí?", hasta cuestiones cotidianas como "¿Soy feliz con este trabajo o debo hacer algo más?".

Al hacerlo poco a poco nos vamos a dar cuenta de que hay muchas caras nuestras que no conocemos, lo cual nos llevará a ver que en realidad no sabemos quiénes somos.

Escribir nos clarifica

Otra forma de irnos acercando al conocimiento de nuestro interior es al llevar una especie de diario. Lo que podemos hacer es escribir toda nuestra vida como si no fuéramos nosotros.

Toda la vida sin pensar en que es la nuestra, en tercera persona.

Después nos vamos a dar cuenta de cosas que ni siquiera sabíamos que teníamos o las vamos a ver con otro punto de vista diferente.

Eso nos va a ayudar a conocernos, a saber quién esta dentro de nuestro corazón y cuales son las necesidades reales de nuestra alma.(Ver "Grandes preguntas").

Además, otra práctica que podemos hacer es que ver cada paso que damos, cada cosa que hacemos, tenemos que sentir cómo nuestros brazos se mueven, cómo nuestro cuerpo es tan mágico que de él sale la energía para cualquier cosa que queramos hacer.

Es muy importante que tomemos consciencia de cómo nos movemos, cómo pensamos, cómo nos llegan las ideas y cuáles son, para así ver cuáles son las claves y entrar más fácilmente hacia nuestro ser interno.

Un encuentro inesperado

Los Maestros de Sabiduría, desde la antigüedad, se han empeñado en conducirnos a encontrar nuestro verdadero ser y en la actualidad lo siguen intentando, como podemos ver en esta anécdota que me contó el Maestro Nintancito.

"Una vez estuve junto a un señor que no sabía que yo era un Maestro, como nos llaman ustedes, y me acerqué.

"Yo lo conocía perfectamente, pero él a mí no. Me senté a su lado y le dije: 'Tú qué pensarías de una persona que es así, que siente así, que con su familia es asa, que le gusta esto, etc.' que correspondía por completo a la descripción de él mismo.

"Él me contestó", dijo Nintancito, "que pensaría que era una buena persona, maravillosa", siendo que ese señor precisamente cuando llegó Nintancito se lamentaba de que carecía de todo.

"Ah, ¿te parece que es maravilloso?", le preguntó el Maestro, "pero, ¿qué me aconsejas que le diga porque no está conforme con su vida?".

Entonces el señor le respondió con asombro: "Pues decirle que cómo es posible, que hay muchos que en realidad no tenemos nada. ¿Cómo es posible? hay gente que no sabe lo que tiene. Yo en realidad sí que no tengo nada".

Nintancito en ese momento se despidió de él, pero antes le dijo: "Ese amigo y esa persona eres tú , no te puedo decir más. Tienes toda una vida maravillosa, aprovéchala y disfrútala", y sin agregar nada más se fue.

El señor no supo qué pasaba, pero eso le sirvió para cambiar su vida porque se puso a analizar lo que le había dicho ese anciano que no conocía.

Así se dio cuenta de que sí era él y que tenía todo lo que quería y necesitaba para ser feliz y sentirse afortunado.

Pero es una anécdota que nos ilustra que no sabemos quiénes somos, que si alguien llega y nos relata nuestra vida no nos vamos a dar cuenta de que están hablando de nosotros.

Poseemos un enorme potencial

Una vez que hagamos estos ejercicios y reflexiones nos daremos cuenta de que dentro de nosotros hay mucho más, lo que en potencia, en poder y fuerza de Dios somos.

Descubriremos que somos seres poderosos, que tenemos una fuerza grandísima dentro de nuestro corazón, la cual nos ayudará a llegar hasta las metas que tengamos.

"No es tan importante lo que vas a hacer en tu vida, sino qué tanto vas a disfrutar lo que haces, que tan feliz va a ser con lo que harás en tu vida. Es en lo que nos tenemos que centrar", dice siempre Nintancito.

Es muy importante que hagamos esos descubrimientos si sentimos que podemos dar más o hacer más en la vida.

Una pequeña inquietud que tengamos hacia algo debemos seguirla, buscar hacia dónde nos lleva, porque quizás detrás de esa inquietud, que pensamos es sólo un gusto, esté lo que nos lleve a la realización que todos perseguimos.

¿Qué nos gustaría hacer?

La mayoría de nosotros tenemos destellos de lo que nos gustaría hacer en la vida, pero pocas veces hacemos caso a esas pequeñas señales que nos llegan.

Es importante tratar de seguirla y preguntarnos si en realidad es lo que nos pide nuestro espíritu, nuestro ser interno.

Pero si no nos llega que tengamos que hacer algo espiritual como misión en esta vida, sino ser cantante o contador, ¿igual se puede llenar el espíritu?

La realidad es que en cualquier cosa que sintamos que podemos y debemos hacer, así no tenga, según nuestro concepto nada espiritual, siempre va a contener a Dios.

Aunque tu trabajo no esté enfocado en ayudar a los demás, siempre vas a estar ayudando a los demás, por mas contradictorio que suene.

Por ejemplo, si quieres pintar y sientes que no das nada, puedes estar poniendo tu corazón y claves que tal vez conscientemente no vas a saber, pero quienes vean esa pintura sentirán un reflejo de lo que ellos pueden hacer.

En cualquier profesión se va a estar dando a los demás. siempre y cuando lo que hagas sea con todo el corazón, es lo que va a definir ese toque especial.

Flora Rocha



No hay comentarios: